Soy un seguidor ocasional del blog "La Ciencia y sus Demonios" que tengo entre mis enlaces a "Webs interesantes" porque hacen publicaciones fantásticas y porque son capaces de abrir los ojos a aquellos dispuestos a llegar hasta el fondo de las cosas dejando al margen misticismos, creencias y otras interferencias no deseables. Y hoy es una de esas ocasiones en que me he parado a leerlo calando en mí una honda preocupación. ¿Por qué? Pues la verdad es que soy una persona moderadamente optimista y, por lo tanto, tiendo a pensar que el ser humano es capaz de evolucionar mentalmente, de dejar atrás mitos y falacias y de pensar por sí mismo. Y en general es así, de manera que los nuevos cuentistas han debido ingeniárselas para que la gente siga creyendo en ellos.
¿Cuál es la nueva forma de parecer serio a pesar de ser un charlatán? Disfrazarse de científico: aquí cabe el creacionismo, la astrología, la quiromancia, la homeopatía, la grafología (no confundir con caligrafía forense)... Hasta aquí realmente no hay mucho nuevo, de no ser por que cada vez son más las instituciones "serias" que dan cobijo a estos personajes, y como prueba de ello hay una lista impresionante en esta lista de la vergüenza.
Pero quiero centrarme especialmente en dos post del blog que citaba al comienzo de esta entrada: uno que comenta una conferencia sobre astrología en la Universidad Nacional Autónoma de México y otro sobre la gran falacia del cálculo probabilístico que realizan los creacionistas.
Veamos uno por uno: en el primero se habla sobre la gravedad de dar cobijo en una Universidad de prestigio a una conferencia sobre una pseudociencia tan tremendamente absurda como la astrología, que se fija en la influencia de unos astros que ni siquiera se han molestado en estudiar o comprender más allá de su posición en el firmamento en el momento del nacimiento, ignorando que es muchísimo mayor la influencia de una silla que esté en el quirófano que la de una estrella situada a miles de años luz.
En el segundo se da un completo razonamiento matemático de porqué el argumento creacionista de la "minúscula probabilidad" de que se dé un desarrollo evolutivo es absolutamente sesgado y, lo más importante, totalmente ausente del más mínimo rigor matemático. Es un asunto mucho más grave de lo que parece porque si te sueltan el argumento creacionista y no tienes unos sólidos conocimientos matemáticos puede parecer completamente veraz. De hecho, en EEUU, los fundamentalistas religiosos están sacando mucho partido de este tipo de razonamientos gracias a la educación conservadora que mantienen, obteniendo así un público entregado.
Pero entonces, ¿por qué la gente no sólo no da de lado estos absurdos razonamientos, sino que cada vez hay más gente que los da por buenos? Según lo veo yo es cuestión de una mezcla entre charlatanes y bienintencionados, de los cuales, los más peligrosos no son los primeros, que saben a lo que juegan, sino los segundos, que dado que lo asumen como totalmente cierto, quieren propagar los beneficios de ese conocimiento a sus seres queridos, y además lo hacen de buena fe, con lo cual resultan mucho más creíbles.
Además existe otro gran factor: la crisis. Una gran parte de las creencias aparecen o se refuerzan en momentos difíciles. ¿No recuerdas aquel día que un familiar estuvo grave y dijiste: "por dios, que se recupere..."? o aquel examen difícil: ¿por favor, que apruebe...? Incluso aunque nunca antes lo hubieras dicho en otras circunstancias, si has vivido en un entorno mínimamente religioso, ese es un reflejo. Así que por desgracia actualmente vivimos en un caldo de cultivo ideal para pseudociencias, caminos fáciles al éxito y atajos varios normalmente organizados por gente sin escrúpulos y con evidente ánimo de lucro.
Respecto al cobijo a la pseudociencia de instituciones como la Universidad, que debieran estar comandadas por mentes brillantes, sólo puedo pensar que existen razones políticas y económicas, que normalmente tienen nada o poco que ver con la inteligencia o la ciencia.
Por suerte, aún quedan Universidades dirigidas por gente seria, como la de La Laguna (Tenerife) en la que se dan conferencias justamente para alertar de los peligros de no saber diferenciar Ciencia y pseudociencia (ya van por la décima edición). Aquí el enlace al Curso Universitario Interdisciplinar de Extensión Universitaria Ciencia y pseudociencias 2010 y el cartel que lo promociona a continuación.Otra entrada de La cáscara de nuez relacionada es: "Dos patadas al creacionismo"
Pero quiero centrarme especialmente en dos post del blog que citaba al comienzo de esta entrada: uno que comenta una conferencia sobre astrología en la Universidad Nacional Autónoma de México y otro sobre la gran falacia del cálculo probabilístico que realizan los creacionistas.
Veamos uno por uno: en el primero se habla sobre la gravedad de dar cobijo en una Universidad de prestigio a una conferencia sobre una pseudociencia tan tremendamente absurda como la astrología, que se fija en la influencia de unos astros que ni siquiera se han molestado en estudiar o comprender más allá de su posición en el firmamento en el momento del nacimiento, ignorando que es muchísimo mayor la influencia de una silla que esté en el quirófano que la de una estrella situada a miles de años luz.
En el segundo se da un completo razonamiento matemático de porqué el argumento creacionista de la "minúscula probabilidad" de que se dé un desarrollo evolutivo es absolutamente sesgado y, lo más importante, totalmente ausente del más mínimo rigor matemático. Es un asunto mucho más grave de lo que parece porque si te sueltan el argumento creacionista y no tienes unos sólidos conocimientos matemáticos puede parecer completamente veraz. De hecho, en EEUU, los fundamentalistas religiosos están sacando mucho partido de este tipo de razonamientos gracias a la educación conservadora que mantienen, obteniendo así un público entregado.
Pero entonces, ¿por qué la gente no sólo no da de lado estos absurdos razonamientos, sino que cada vez hay más gente que los da por buenos? Según lo veo yo es cuestión de una mezcla entre charlatanes y bienintencionados, de los cuales, los más peligrosos no son los primeros, que saben a lo que juegan, sino los segundos, que dado que lo asumen como totalmente cierto, quieren propagar los beneficios de ese conocimiento a sus seres queridos, y además lo hacen de buena fe, con lo cual resultan mucho más creíbles.
Además existe otro gran factor: la crisis. Una gran parte de las creencias aparecen o se refuerzan en momentos difíciles. ¿No recuerdas aquel día que un familiar estuvo grave y dijiste: "por dios, que se recupere..."? o aquel examen difícil: ¿por favor, que apruebe...? Incluso aunque nunca antes lo hubieras dicho en otras circunstancias, si has vivido en un entorno mínimamente religioso, ese es un reflejo. Así que por desgracia actualmente vivimos en un caldo de cultivo ideal para pseudociencias, caminos fáciles al éxito y atajos varios normalmente organizados por gente sin escrúpulos y con evidente ánimo de lucro.
Respecto al cobijo a la pseudociencia de instituciones como la Universidad, que debieran estar comandadas por mentes brillantes, sólo puedo pensar que existen razones políticas y económicas, que normalmente tienen nada o poco que ver con la inteligencia o la ciencia.
Por suerte, aún quedan Universidades dirigidas por gente seria, como la de La Laguna (Tenerife) en la que se dan conferencias justamente para alertar de los peligros de no saber diferenciar Ciencia y pseudociencia (ya van por la décima edición). Aquí el enlace al Curso Universitario Interdisciplinar de Extensión Universitaria Ciencia y pseudociencias 2010 y el cartel que lo promociona a continuación.Otra entrada de La cáscara de nuez relacionada es: "Dos patadas al creacionismo"
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