miércoles, 27 de mayo de 2015

La empatía, el comportamiento asertivo, la negociación y el positivismo

Las tres primeras prácticamente no se conocen o no se usan y la cuarta está en busca y captura en los últimos tiempos. Quizá la razón hay que buscarla en las aulas, o más concretamente en los despachos de donde salen las decisiones de lo que va a ocurrir en las aulas en los siguientes 4 años.

Tengo que admitir que el concepto (que no la acción) de asertivo como adjetivo es bastante nuevo para mí aunque últimamente no dejo de encontrármelo (concretamente en un libro de Punset: "Lo que nos pasa por dentro") y he encontrado una definición bastante buena aquí:
"Se trata de una capacidad de comunicación, en la que nuestro pensamiento se manifiesta libremente, sin miedo a que los demás no compartan lo que pensamos (aquí la importancia de los derechos asertivos) y 'respetando' los sentimientos y los derechos de los demás (si no se respeta se emite comunicación agresiva). Pero, el concepto que más define la comunicación asertiva es la 'pérdida de miedo al comunicarte'. 
Tanto la comunicación pasiva como la agresiva, encierran en el fondo el miedo y la inseguridad. (Enrique Muñoz)"

Entre los niños es casi imposible de encontrar, pero claro, intenta buscarlo entre los adultos y verás lo difícil que es. Es más, intenta buscarlo en ti mismo y verás que en muchas ocasiones tampoco lo vas a encontrar. Conseguir un adecuado balance de empatía con los demás, defendiendo tus ideas sin reprimirlas, ser capaz de buscar soluciones a los problemas como consecuencia de un compromiso entre variables y enfocar la vida con un punto de vista positivo. Es un buen ideario para encarar la vida, pero que necesita de entrenamiento y ser consciente de que realmente eso te va a aportar algo. 
Intenta pensar la situación: estás cansado del trabajo, la hipoteca, los compromisos... y se te plantea una discusión en el trabajo, en casa o en una tienda.
  • Primera reacción: a la defensiva. Esto lo hacemos todos, no vale decir que no.
  • Segundo: respiras hondo, lo piensas un poco... ¿realmente tenías razón?
  • Tercero: se pone más complicado aún, ponerse en el lugar del otro.
  • Cuarto: tú tenías razón, así que lo expones intentando que el interlocutor lo comprenda o bien no tenías razón y admites tu error o bien, lo más común es que haya una parte de razón en cada uno, por lo que debería llegar una salida negociada en la cual hay que dar para recibir, claro.
  • Extra: positivismo. Afrontar la vida de forma positiva puede ser realmente complicado y no tiene nada que ver con tener salud, amor y dinero. Es una actitud ante la vida que puede hacer que cada día te levantes con ganas de hacer cosas o que estés deseando que llegue la hora de ver un rato la tele antes de ir a la cama. Hay varios organismos encargados de medir la felicidad, pero en ninguno de ellos parece haber relación clara con el índice de desarrollo de un país, aunque sí con la crisis que estamos viviendo. Lógico, teniendo en cuenta los desahucios, bancarrotas, índices de paro, desmantelamiento de la sanidad, educación... 

Cuando ganas conciencia de que es una buena idea intentar hacer todo esto ya tienes una parte del camino hecho, pero es realmente complicado ponerlo en práctica siempre. Todos tendemos a pensar que admitimos los errores, que no nos ponemos a la defensiva, que somos alegres y comprensivos... pero realmente esto necesita ser trabajado de forma consciente.

lunes, 25 de mayo de 2015

Las apariencias engañan

Vivimos en un mundo de apariencias, por desgracia es así. No nos compramos el móvil de la manzanita porque sea el mejor, sino porque el hecho de llevarlo nos asigna automáticamente un estatus y nos hace sentir que somos unos sibaritas que sabemos apreciar lo que otros no pueden.
Ocurre lo mismo cuando creemos beber un vino de gran calidad sólo porque creemos que es así. Pero lo curioso es que realmente nos sabe mejor, es decir, nuestro cerebro nos indica que efectivamente es mejor y lo saboreamos como mejor.
También ocurre en situaciones más peliagudas, como las sanitarias, y para muestra sólo hay que ver lo bien que funcionan los placebos y la homeopatía (que son LO MISMO). Por cierto, me entretuve en hacer 6 cursos de homeopatía en media tarde y ahora puedo afirmar con más rigor aún que la homeopatía no vale absolutamente para nada. Por supuesto habrá quien diga el conocido: "a mí me funciona" y ante eso no hay más que decir que: "pues adelante campeón", pero es como el que dice que le va bien llevar una pata de conejo en el bolsillo...
Y también en el ámbito sanitario se encuentra la guerra sanidad pública VS privada o seudopública (esta es la conocida gestión privada de un servicio público o más bien: "construyo un hospital con dinero de todos y se lo regalo a mis amigos para que ganen pasta... y si pierde dinero, se le regala más dinero público, ¡claro!")

Últimamente he pasado por unas cuantas clínicas/hospitales/ambulatorios (nada grave, por suerte) y llaman la atención bastantes cosas, puestos a comparar:

  • PRIVADO: todo nuevo y reluciente, mucha luz y sonrisas. Los pacientes-clientes son de clase media-alta; están igual de enfermos que los de la pública y te pueden contagiar igual, pero da la sensación de que producen menos rechazo.
  • PÚBLICO: todo más antiguo, limpio, pero antiguo, trato cordial sin ir más allá. Pacientes de todo tipo: si repartieras mascarillas o trajes "anti-ébola" la gente se los pondría por si acaso.


  • PRIVADO: prueba de alergia sin prueba de soplar, te pinchan en cada muestra con la misma aguja limpiada con un papel. Análisis reducido de sangre. Si tienes que vacunarte, lo pagas aparte (alrededor de los 300€ al año).
  • PÚBLICO: prueba de alergia con prueba de soplar, te pinchan en cada muestra con distinta aguja cada vez. Análisis completo de sangre. Las vacunas están cubiertas.


  • PRIVADO: la camilla tiene una especie de tela desechable sobre ella que NO da la impresión que la cambien cada vez.
  • PÚBLICO: la camilla tiene un rollo de papel que van poniendo sobre ella y que recortan y tiran con cada paciente.


  • PRIVADO: si en el hospital quieres ver la tele pagas 3€ al día. ¿Más de una botella de agua al día...? ¿Eres un camello o qué?
  • PÚBLICO: hace tiempo que no paso por uno, y he visto que en hospitales concertados en Cataluña han metido las butacas reclinables a 5€ al día, pero claro, Catalonia is not Spain y eso debe ser por culpa del estado opresor o de los andaluces, que siempre les hacemos algo a los oprimidos...


  • PRIVADO: pides cita y te la dan para el día siguiente... ah, no, esto era hace años, ya que van cogiendo más parte del pastel ¡empiezan a darte cita para el mes que viene! Hay que decir que si vas con fajo de billetes en vez de la tarjeta del seguro privado sí que te hacen un hueco. La diferencia es que al pasar la tarjeta cobran 6-7€ (al seguro) y si vas "por libre" te sacan de 60€ para arriba (si es especialista de 120€ para arriba).
  • PÚBLICO: te dan cita para el mes que viene en casos no urgentes o a los pocos días si hay disponibilidad. Por ejemplo, me sorprendió ver que me daban cita para el alergólogo en menos de 2 semanas, similar al caso privado (fui a ambos en el transcurso de un mismo mes).


  • PRIVADO: las pruebas se las quedan ellos y sólo te las proporcionan bajo petición expresa. Si las tuvieras que pedir una segunda vez, te las cobrarán aparte.
  • PÚBLICO: las pruebas son tuyas, así que te las dan inmediatamente.


  • PRIVADO: el diagnóstico, en algunos casos, es un copia y pega flagrante no personalizado al paciente (más pacientes-clientes por hora, más pasta pal bolsillo). Pude comprobar además, con cierto estupor, cómo un médico miraba en el móvil si un cierto medicamento era compatible con la lactancia... Igual miraba el Vademecum, pero no daba confianza.
  • PÚBLICO: el diagnóstico está ajustado a cada paciente (¡aquí no eres un cliente!).


  • PRIVADO: eres un CLIENTE. La cosa irá bien mientras seas un bebé y hasta los 40. Después lo iremos subiendo poco a poco hasta que, cuando seas un jubilado con 600€ al mes, te cobraremos 120€ al mes, ¿para qué quieren tanta comida las palomas?
  • PÚBLICO: eres un PACIENTE. Cuando seas bebé no te verán cada mes, pero es que NO hace falta. Cuando te haga falta de verdad, a partir de los 60, te seguirán atendiendo al mismo precio (los impuestos que has pagado toda la vida).



Mi conclusión: el privado no está mal, sobre todo si quieres que te hagan un justificante de mentirijillas un día que no tienes ganas de ir a trabajar. También es muy útil en casos graves que la cita pública tarda y te pueden hacer una prueba "rápida" en el privado, pero que no te lleven a engaño, esa prueba será rápida de verdad si vas con el fajo de billetes. En cuanto la cosa se complique de verdad, se pondrán a comprobar la rentabilidad y puedes acabar de cabeza en el público, lo cual no está mal, pero para eso no hace falta que te "sangren" con el seguro privado. Eso no quita para que haya excelentes profesionales en el sector privado y a los que seguiremos yendo, pero no creo que sean la regla por desgracia.
Hace tiempo leí, no sé donde, que los seguros los hacen la gente con pocos recursos por miedo a perder esos pocos recursos, que los ricos no necesitan esa seguridad, ya que en caso de necesitarlo pueden afrontar los gastos. Eso es una simplificación de la realidad, pero realmente no es muy desacertado. Se puede hacer la cuenta de que te haces un seguro a los 30 y pagas 50€ al mes durante 10 años, luego 75 durante los 10 siguientes y 100 los 10 siguientes (es una cuenta conservadora, realmente será más) y salen: 6.000€+9.000€+12.000€=27.000€ (sin sumar los intereses que podría dar ese dinero correctamente invertido). Pongamos que en esos 30 años te hacen falta 5 pruebas "caras" a 2.000€ cada una. Te costarían 10.000€, por lo que a todas luces es más rentable ahorrar para la eventualidad y, en caso de necesitarlo, usarlo y de ahí salir para la pública, que es donde de verdad te van a atender. De hecho conozco un caso así y el precio de la prueba fue algo menor.
Si te cuesta 20-25€ al mes, bueno, puede no estar mal. Para lo demás, mejor que no te "cojan".


Imagen de http://www.diariovasco.com.

domingo, 24 de mayo de 2015

Carta a Lorena



10 años de novios, 1 año de casados, 4 meses de padres y sumando... Vamos sumando experiencias y, ¿cómo no?, unas son mejores que otras. No podemos decir que nunca nos hayamos enfadado, ni que todo haya sido un mundo perfecto, pero siempre ha habido amor de por medio. Para este día pensé hacer varias cosas, pero ya sabes, el tiempo no es algo que sobre y, al menos para escribir, siempre puedo pillar algún hueco entre clases.

En este tiempo hemos visto hecho algunos viajes muy chulos: empezamos en Roma, ¡por supuesto! Luego Florencia y Venecia. Bournemouth, Bath, Londres, Oxford, Stonehenge... También hemos recorrido Murcia, Valencia, desde Bilbao a Compostela, Cazorla, Badajoz y Portugal de arriba a abajo. Y el mejor de todos: México, de donde nos vinimos con sobrepeso en la barriga (los 2, aunque lo tuyo tenía más justificación).

Pero el viaje realmente empezó mucho antes y aún estamos en él: el viaje de nuestra vida en común, que no empezó en este piso de Málaga, sino los días en los que aún charlábamos como amigos que se encontraban entre clases y luego como enamorados que buscaban algún lugar lejos de ellas.

Mucho nos queda por vivir para darle un hogar a Héctor y al que pueda venir después, pero espero que siempre sigamos buscando algún espacio donde escabullirnos de entre la gente ;)


viernes, 22 de mayo de 2015

Carta a Héctor



Pues casi un año ya desde que tu madre y yo nos casamos. Cómo pasa el tiempo. Hace un año estaba trabajando a diez minutos de casa y haciendo alguna cosa más por las tardes, soltero y con relativamente pocas preocupaciones. Ahora trabajo a 130 kilómetros de casa, tengo la cabeza loca y dolores por todo el cuerpo. Pero no me voy a quejar, la vida tiene etapas y cada una tiene elementos que aprovechar y disfrutar de una forma diferente.
Héctor, no sé si algún día leerás este blog; si todo va según lo previsto, deberías ser capaz de leerlo antes de los cuatro años, pero no te sientas presionado si es después ;)
Cuando escribo estas líneas desde el ordenador del instituto faltan tres días para que cumplas los cuatro meses de forma matemática, aunque claro, te adelantaste un mes para nacer. Estos meses han sido complicados, imagino que como les sucederá a todos los padres, primerizos o no. Noches durmiendo poco, especialmente tu madre, mover el carro allá donde te llevamos, bañarte, vestirte, cambiarte los pañales, llegar a casa después del trabajo y tener que mecerte para que te duermas o hacerte un biberón mientras tu madre te mece para que no te mosquees... ¡No veas lo difícil que es dormirte a no ser que sea en brazos!
Dentro de poco tu madre se incorpora al trabajo y te va a echar mucho de menos, pero bueno, quedarán las tardes. Durante todo el verano me tocará a mí lidiar contigo y me parece que tu madre no se fía de mí, pero ya verás que nos lo pasaremos bien. 
¡Y en septiembre a la guardería! Hemos escogido una muy chula, nos daban ganas de quedarnos a nosotros. Para entonces tendrás siete meses y pico y serás de los más grandullones de tu promoción, es lo que tiene nacer en enero.
Este domingo, 24 de mayo es el primer aniversario de la boda y, aparte de ir a votar en las elecciones, aún no tenemos un plan claro, pero que sepas que estás invitado a lo que sea. Teniendo en cuenta que ya volviste con nosotros de la luna de miel en México, ya estarás acostumbrado a celebraciones y si no, ve acostumbrándote porque tu madre es muy fiestera...