Puede parecer algo muy sencillo, pero es algo sencillamente genial... Casi podría pensarse que, como se dice de las pirámides, nos lo pusieron ahí los extraterrestres.
Y es que para comprender en toda su dimensión el mecanismo de un botijo hace falta recurrir a ecuaciones de un cierto grado de complejidad, que, a buen seguro, no fueron tomadas en cuenta por quien empezase a fabricarlo. Explicado de forma simplificada se resume en la evaporación, el ciclo de Carnot de toda la vida... El botijo está realizado con barro que se cuece a baja temperatura para mantener la porosidad, de manera que el agua se filtra y al llegar a la superficie se evapora. En esta evaporación se pierde calor, que se obtiene de la superficie del botijo, la cual a su vez, enfría el agua. Qué sencillo, ¿verdad? Aunque es algo más: las formas redondeadas de la entrada del agua favorecen la circulación del aire, así como la forma hiperbólica de la parte superior. Además, si recordamos, el botijo se suele colgar y poner a la sombra... Pues bien, esto es ideal para favorecer el proceso de enfriado. En un clima seco, lo cual favorece la evaporación, puede reducir la temperatura unos 10º!!! ideal para beber!!!
El botijo... ¡qué gran invento!
Así que más simple que el mecanismo de un botijo, ¿no? pues !toma ecuaciones!
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