Hoy leo en MARCA un artículo un poco triste, sobre luces y estrellas apagadas, sobre las luces de los focos y las estrellas del pressing catch de aquellos años 80 y 90. De cómo la mayoría se metía esteroides, anabolizantes y demás... vaya novedad, pero de que la mayoría de ellos, de una manera u otra terminaba su vida de forma penosa, precipitada y prematura. Los pocos que quedan medio bien: Hulk Hogan, que al menos está vivo y parece más o menos saludable... y poco más.
¿Merece un cuerpo hiperdesarrollado y un efímero estrellato morir a los 40? Cuando veo en la playa esos cuerpos hipermusculados me lo pregunto, aunque ellos ni siquiera sean estrellas... y ojo, a mí me gusta estar en forma, pero hasta donde el cuerpo da, no hasta donde las drogas pueden llegar.
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