domingo, 31 de mayo de 2009

Vergüenza en París

Después de ver el primer partido en que Nadal pierde en Roland Garros, sólo se me ocurre una palabra: "vergüenza". Y no porque no haya sido un grandísimo partido en el que Soderling ha merecido la victoria. Esta vez además ha conseguido ser medianamente discreto en sus formas y, a primera vista no se ha comportado, tal y como lo definió Nadal en Wimbledon 2007, como un "tipo extraño". Aunque Nadal se ha ido visiblemente enfadado y habría que ver por qué.
Pero no, me refiero a gran parte del público de la central de París, que ¡durante todo el partido ha animado incondicionalmente a Soderling! cuando hacía buenos puntos o cuando Nadal fallaba, cuando estaba a punto de ganar un set, o cuando Nadal podía alargar el partido ganando otro... Un comportamiento que se podría entender en Copa Davis, o cuando juega un jugador de tu nacionalidad. No se entiende este sentimiento francés anti-Nadal. ¿Qué esperan? ¿Tener algún día un francés competitivo en tenis que vuelva a ganar Roland Garros? Pues creo que van a tener que esperar sentados.
Desde luego que ahora queda claro el porqué todos los jugadores quieren ganar el más grande de los grandes, que siempre es y será Wimbledon. Para tener el mejor Grand Slam no sólo es importante poner dinero, igual de importante es tener un público que entiende de tenis. Recuerdo cuando Nadal ganó a Federer después de más de 5 horas y todo el mundo aplaudía cada punto de ambos jugadores, y es bien evidente que en Londres hay veneración por Federer, pero saben cuando están ante un fuera de serie y saben apreciar la calidad de un buen juego, algo de lo que hoy han demostrado en París estar muy lejos.

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